Existen muchísimos diseños distintos de vasos cerveceros. Largos, cortos, con tallo, sin tallo, finos, cerrados, etc. Esto no es solo para diferenciarse entre maracas de cerveza, cada forma de vaso cumple una función diferente.
Algunos de los vasos más clásicos son:
- Vaso Weisbier:
Tal como su nombre lo indica es el vaso ideal para las cervezas de trigo alemanas. Al ser un vaso largo permite que las cervezas conserven por mas tiempo su espuma y posee una pequeña curva en la parte inferior, la cual atrapa parte del sedimento clásico en este tipo de cervezas.
- Vaso Schop
El clásico schopero, está pensado para ser un vaso resistente, ideal para tomar en bares. Con su mango por el costado se previene la transferencia de calor de la mano a la cerveza. Exísten algunos modelos cerámicos que mantienen mejor la temperatura y otros con hoyuelos para proporcionar mejor agarre. Ideal para cervezas ligeras y de alta tomabilidad como pilsner y lagers en general
- Vaso Tulip (Sí vaso, no copa):
Inspirada en la copa del mismo nombre, su curvatura permite atrapar la espuma y con ello los aromas. Es un diseño muy popular en Irlanda, donde las cervecerías tienden a promocionar sus Stout.
- Teku: Desarrollada el 2006 por los italianos Teo Musso y Lorenzo “Kuaska” Dabove, para resaltar las características organolépticas de la cerveza. Con tallo largo para evitar el contacto con el calor de la mano, pero al mismo tiempo con un cuerpo interior amplio, para poder transferirlo en caso de que por estilo corresponda, además de permitir apreciar el color de la cerveza. La boca con una apertura final, para liberar los perfiles aromáticos de la cerveza.
Torpedo para los olvidadizos:
Si eres de quienes les cuesta recordar cada uno de los distintos vasos recuerda estas tres reglas básicas:
- Boca abierta; ayuda a la percepción de aromas y perfiles volátiles.
- Copa con tallo largo; para cervezas en las que queremos evitar el traspaso de calor de la mano.
- Vasos largos; Ayudan a la retención de espuma.