Dentro de las especialidades cerveceras alemanas, una de las más curiosas es la Rauchbier. Originaria de la zona de Bamberg, su nombre significa literalmente “cerveza de humo” en alemán. Las versiones más conocidas se basan en la clásica Märzen, pero pueden también considerar otros estilos bases que llevarán toques ahumados, como Weissbier, Munich Helles, Schwarzbier, entre otros.
Probablemente, lo que más podemos destacar del perfil de aroma y sabor de esta cerveza son las potentes notas ahumadas, otorgadas por el uso de maltas alemanas ahumadas con madera de haya. Por otro lado, el nivel de amargor suele ser bajo, y el contenido alcohólico medio, por lo que podemos deducir que el foco está en destacar los perfiles complejos de la malta, que recuerdan mucho al tocino o jamón, toques a madera y humo.
Una de las etiquetas más representativas de este estilo de cerveza es la bávara Schlenkerla, traída directamente por Beer Square a Chile, en sus variedades Märzen, Weizen, Helles, entre otras.
Muchos se refieren al estilo Rauchbier como un verdadero tocino líquido, y la verdad es que tienen mucha razón. En términos de maridaje, esto puede ser una gran oportunidad, ya que nos permitirá añadir sabores similares a la carne o a embutidos sin que estos estén realmente presentes en nuestro plato. Así, podemos armonizar la clásica Schlenkerla Märzen con tostadas con queso y huevo pochado, quesos ahumados, longanizas artesanales, chipotle, chile con carne, pollo BBQ, chuletas de cerdo y cualquier preparación que brille más con toques ahumados.
Por Natalia Urzúa.
